sábado, 25 de mayo de 2013

la educación en 2030...desde la perspectiva de los cuentos



Érase una vez una princesita de un lejano reino, que a los quince años, herida por la aguja de un telar, cayó en un profundo sueño. Durmió durante cien años, según el cuento. Sin embargo, nosotros le vamos a dar otro final, que no tiene nada que ver con el clásico.
Finalmente, llegó el día del despertar. La Leti durmiente abrió sus ojitos, saboreando el tan deseado encuentro con el príncipe azul...
-Venga, Leti, despierta, que ya no es tiempo de soñar- le dijo en tono algo seco una de sus madrinas, el hada Fany.
-Pero,  ¿qué pasa? ¿Dónde está el rubio príncipe azul con su caballo blanco?
-¿Quién, Adrián? Vaya tela, ese se fue hace diecisiete años con Gema, una cantante pop estadounidense- le confesó el hada Candy.
-Bueno, en realidad ha aguantado esperándome 90 años, el pobre...
-¿90? No, mira, tú te quedaste dormida por la corriente eléctrica hace 17 años, en 2013. Estabas en la Universidad de Alicante intentando acabar una de esas prácticas del curso de Innovación, investigación y uso de las TIC, y se fue la luz, pero tú, inconsciente, quisiste poner el dedo en el enchufe del ordenador y así te quedaste... como un tronco- explicó el hada Fany.
-Oh, ¡qué horror! ¿Y ahora cómo podemos acabar el cuento?
-No te preocupes, Leti, te ayudaremos nosotras a dar otro final a tu historia- le aseguró el hada Marta.
-¿Qué tengo que hacer, pues?
-Piensa en lo que te gustaría hacer en tu vida, en una ocupación que te apasione hasta el punto de no pensar ya en los problemas sentimentales- sugirió el hada Marta.
-Pues, a mí me encantaría seguir con mi antiguo propósito, ser profesora.
-¡Uy, que opción más mala has elegido, cariño!....
-Corta el rollo, Marta, si la niña tiene este deseo por lo menos que se acerque a lo que es la realidad del profesorado.
-¿Ah sí? ¿Por qué?
-Pues es que hoy en día es un oficio muy... digamos, muy concurrido. Todas las otras princesas de cuentos también son profesoras- dijo Fany.
-Ah pues, ¡estupendo! Iré a ver cómo dan clase y así observaré qué cambios ha sufrido la educación en todos esos años, me pondré al día sobre las TIC, y...
-Hemos progresado mucho en el tema... Leti, ¡despierta ya! Te quedaste dormida y no te enteraste de nada, pobrecita. Hay que actualizarse. Venga, nos vamos al Instituto y ya verás- propuso el hada Candy.
Y con su varita mágica, que ya no era de madera,  pinchó varios botones y dibujó una enorme pantalla delante de la princesa.... la Leti durmiente se quedó boquiabierta: nunca había visto algo similar. Aparecían las protagonistas femeninas de todos los cuentos que conocía y la llamaban y le sonreían
-Pero, tu varita...
-Claro, ahora estoy siempre conectada. Le doy a un botón y realiza simplemente lo que estoy pensando: mi mente y mi varita se funden. Ya estábamos cansadas de aprendernos de memoria todas esas fórmulas mágicas. ¡Bienvenido progreso!- Afirmó Fany.
-Mira es muy sencillo- le explicó el Hada Candy- Esta es una pantalla táctil, sabes ¿no? ¡Ay, tía, es verdad,  tú no sabes nada de eso!  Pues mira, aquí tienes varias opciones: puedes meterte en uno de los cuentos que aparecen y ver qué tal la práctica docente.
La Leti durmiente se quedó delante de la pantalla fascinada. ¡Cuántas opciones para elegir! La sirenita... ¡Oh no por favor, con el cangrejo ese tan aburrido...!  Alicia...no, el conejo blanco, con su perenne prisa, no le hubiera permitido concentrarse en la observación....
-¡Ahora lo sé! Exclamó.
Pinchó sobre la imagen correspondiente. Inmediatamente después, la bella durmiente fue arrastrada por un agujero negro y se quedó asombrada frente a la escena que se le abrió delante de los ojos:
BlancaNieves dando clase a los siete enanitos, que ahora ya no eran enanos, sino alumnas adolescentes, con nombre y apellidos: Silvia-Sabio, Sandra-Gruñón, Aida-Feliz, María-Mudito, Mª Ángeles -Dormilón, Arancha-Mocoso y Laura- Tímido.
BlancaNieves se le acercó y le dijo: «Hola Leti durmiente, estamos dando una clase de historia. Estamos hablando de la crisis global del 2015».
-¿Qué es un político?-preguntó Aida-Feliz.
-Bueno, considera Google, nuestro proveedor de servicios, que nos ofrece gastos de conexión a la Red, seguro de coche, seguro sanitario, seguridad social e instrucción, que un político era una persona que se pagaba para darnos los servicios que nos ofrecen hoy Google, Samsung, Android, etc., porque ahora, Leti durmiente, cada individuo elije lo que quiere. El Estado ya no existe. Malos servicios, recortes...eso tenía que acabar ya de alguna manera. Ahora son los grandes Service Provider las que nos lo ofrecen todo. Tú haces un contrato, como para una compañía telefónica, y ellos se encargan de todo. Tú eliges la que mejor se ajusta a tus necesidades- explicó Blancanieves en voz baja a la oreja a la Leti durmiente.
-¿Pero qué sentido tiene contratar a políticos? – preguntó Sandra-Gruñón.
-Bueno aquellos eran tiempos oscuros, la gente no creía en las potencialidades de las TIC. Se pensaba que existía un Estado, un ser sagrado y que lo podía hacer todo.
-¿Y cuánto valía pagar a los políticos?-preguntó Arancha-Mocoso.
-Pues, hubo momentos en los que se pagaban hasta el 60 % de los sueldos: impuestos fiscales, se llamaban.
- ¿Impuestos fiscales? ¡Qué palabra más rara!- afirmó Silvia-Sabio.
-¡Ah casi se me olvida! El dinero te lo quitaban a la fuerza, no se podía elegir. El Estado accedía a tu dinero cuando le interesaba hacerlo y tú no podías elegir tu Service Provider.
-Madre mía, ¿tantos cambios?- pensaba la Leti durmiente.
-Y ahora vamos a conectarnos con CenIsa. ¿La clase siguiente la tenéis con ella, verdad? BlancaNieves se puso unas gafas y así hicieron todas las alumnas- estas son para ti, si no, no te vas a enterar de nada- le sonrió mientras le pasaba esta herramienta.
Al llevarlas puestas, la Leti durmiente se quedó asombrada. Parecía estar dentro de un ordenador: mirando las caras de las alumnas, le salía al lado su promedio, las incidencias y el porcentaje de conocimientos adquiridos.
-Esta es nuestra manera de evaluar, Leti durmiente. Lo hace todo el ordenador, te salen datos empíricos y no tienes que pasarte horas haciendo un examen. Con todo este material, se obtiene la nota de cada uno. Ah, y otra cosa que no sabes...Yo no estoy aquí, en realidad. Soy un holograma. Todos lo somos, ahora. Nadie se tiene que desplazar: las clases se dan en tu casa o en el parque, o mientras estás de compras, y lo mismo para los alumnos. Ahora se aprende dentro y mediante la Red. Este es el concepto novedoso, que en 2013 todavía no se captaba. Ahora vivimos en la Red, es nuestra realidad. Y mientras decía esto, en su lugar apareció CenIsa.

La clase cambió: en los pupitres se añadieron las niñas perdidas de Peter Pan –Elvys, Rachel, Sabina y Ana- y Axeldino.
-Bueno, como siempre Antonio-Pinocho no está- empezó CenIsa- A ver qué excusa nos pone esta vez. Y sacó del bolso un zapatico de cristal de los suyos: éste empezó a rotar y a dar vueltas por el aire. -Es un buscador de alumnos-me confesó- nos sirve para dar con ellos y saber si tienen algún problema o si, como creo que es el caso,  el alumno está haciendo pellas. De repente, el zapatico se puso a sonar como una alarma y proyectó la imagen de Antonio-Pinocho comiéndose golosinas y fumando un cigarro.-Bueno, que te esperamos a clase, venga ya-gritó CenISA. En cuanto se dio cuenta de que todos lo estaban viendo, el alumno escondió esos pasatiempos y empezó a soltar excusas: -no me había dado cuenta de la hora- y se le alargó la nariz- que no mientas que se te nota- le gritaron los compañeros.
¡Imposible!- Sentenció CenIsa: tenemos nuestra agenda personalizada, programada para recordarnos nuestras clases. Se conecta con Facebook, Twitter y las redes sociales- inventa otra mejor para la próxima. Y ahora que estamos todos, empezamos la clase. Hoy aprenderemos la receta de la paella valenciana.
-¿Y eso?- preguntó la Leti durmiente
-Ay cielo, pues es que como todos insistían con la finalidad práctica de la escuela, ahora ya no se dan las asignaturas de antes. Vivimos en la Red, y si alguien quiere saber algo, basta con pensar en ello y esto aparece.  Así que lo que ahora es necesario fomentar es la habilidad manual: el cerebro ya lo tenemos perfectamente desarrollado. Mañana tendré clase de confección y arreglo, ¿sabes? Con las hermanastras he practicado mucho esos temas y se me dan muy bien.
-Yo quiero hacer la de la pizza italiana- dijo la Elvys- es que a mí la paella me sienta mal, me cuesta digerirla.
-Yo propongo la de la pasta- declaró la niña perdida Rachel – a mí se me da muy bien – ¿qué dices? ¿Si le echas vinagre? Eso no puede ser... y las dos se pusieron a discutir.
-Ya está-sentenció Axeldino- ya os he puesto un vídeo de un cocinero de paella en directo, gracias a mi lámpara-proyector, así que escuchamos y a ver si nos sale bien memorizar las fases.
-CenIsa yo no estoy de acuerdo- declaró la niña perdida Sabina- es que yo memorizo las fases haciéndolo en vivo no mirando desde la pantalla. Yo con todas esas TIC no puedo más...
La Leti durmiente ya había visto demasiado.
-Pero ¿qué es todo eso? ¿No se necesita estudiar la literatura o la lengua porque cualquier tema está al alcance inmediato? ¡Pero de esta manera os habéis acostumbrado a no pensar y por ello no sabéis cómo realizar las actividades manuales! Afirmáis que el cerebro ya funciona perfectamente pero no me lo parece: en 2013 se memorizaban conceptos y ahora pasos mecánicos, no hay ninguna evolución en esto.
La revolución digital os ha reducido a hologramas, ya no hay contacto físico entre profesor y alumnos, o entre compañeros, cada uno está aislado en su mundo. Lo tenéis todo programado, planificado por las máquinas...pensáis que soy libres pero no es así, sois esclavos de las TIC porque de otra forma no sabrías cómo vivir. Ya no existe el Estado, cada uno se mueve en función de la mejor oferta, como en el mercado de la fruta.
Ya no queda nada de lo mejor de nuestra profesión: reinventarnos continuamente, aprender de y con los alumnos, conocer sus inquietudes, porque éstos se han convertido en simples datos numéricos, las evaluaciones las realizan las máquinas...y el componente humano, ¿dónde lo habéis dejado?
No es esto lo que pensábamos en 2013 cuando hablábamos de una educación libre, asequible e integrada. Ahora sois máquinas. Y esto no puede ser.
Dicho esto, corrió hacia la lámpara de Axeldino, la frotó y cuando salió el Genio le dijo:
- Soy el esclavo de esa lámpara y cuando alguien la frota, me presento. ¿Qué quieres que haga?
-Quiero una educación más….
No sabemos qué deseo expresó la Leti durmiente, pero nos gustaría pensar que encontró el justo equilibrio entre tradición e innovación, porque las dos ofrecen ventajas que solo se manifiestan cuando van de la mano.
Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado

9 comentarios:

  1. ¡Qué bien escribes! Me ha encantado. Muchas gracias por darme el papel del enanito sabio. Aunque, sin duda, el de CenIsa ha sido el mejor jajajaja.

    P.D.: Se escribe 'varita' pero te lo perdonamos, que lo mismo la RAE lo cambia en 2030 ;)

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    1. uuupss qué fallo!!!! gracias por la info...lo reviso ya antes de que lo lea José, jajajajj

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  2. Lezi es una historia increíble. Me ha encantado. Te felicito por la imaginación que tienes y confío en que Leti durmiente pidiera el deseo acertado a la lámpara de Axeldino...

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  3. O_o

    PINOCHO??? MENTIROSO???

    y más importante... FUMANDO???

    ¬¬

    Pd: :(

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  4. ¡¡¡Letizia!!! ¡Qué divertido! ¡Cómo me he reído imaginando a todos los personajes con las caras de los compañeros! El casting es perfecto, en mi caso no sólo por nombre, BlancaNieves, sino por altura (si me comparas con enanitos...) ;P ¡Enhorabuena!

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  5. jajaja, eres total Leti!!!! Es lo mejor que he leído en el blog hasta ahora!!!

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  6. ¡Leti entrada fantástica! ¡Qué fantasía! Después de estas malas noticias nos hacia falta una entrada como esta ¡Enhorabuena!! Me ha encantado.

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  7. Leti está genial, me ha encantado!!!

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