Me parece que el debate que hemos creado en el blog haya puesto de relieve muchas consideraciones interesantes, tanto por parte de los defensores del libro en papel, como por parte de los usuarios tecnologic@s. Yo, personalmente, lo considero enriquecedor porque me ha permitido ver puntos de vista distintos al mío y, por que no, matizar, en parte, mis intentos de boicot del formato electrónico.
Si me pongo a pensar con sentido práctico,
inevitablemente pienso en mis varios viajes en tren o avión: ¡qué envidia me
daban mis vecinos con sus tabletas! Sí, porque yo me llevaba un libro, por
razones de espacio, y estaba obligada a leermelo, que me apeteciera o no, ya
que no había otras opciones; pero ellos no, podían decantarse por la obra que
más le interesara, siguiendo sus propios deseos, porque, en un único aparato,
habían cargado más de cien libros. Esta es, creo, la ventaja del formato
electrónico: la libertad de elección que supone.
Sin embargo, este notable poder del e-book, que le
daría ya ganador, se nivela considerablemente cuando vulevo con la mente a mi
niñez o adolescencia: los libros leídos durante la noche con una linterna bajo
la sábana porque mis padres no se enteraran de que todavía estaba despierta, o
esas pilas que tengo guardados en cajas (llenas de polvo, a lo mejor, sí) que
recojen los libros de texto utilizados en el colegio, la ESO, Bachiller... recuerdos,
recuerdos y recuerdos: dibujos, mensajitos de las compañeras de pupitre,
imprecaciones hacia el profesor, incluso imágenes... fragmentos de vidas,
instantes compartidos con personas que, quizás ya no formen parte de tu vida,
pero que puedes volver a recordar.
De todo esto el libro de papel deja constancia, y
creo que sea su gran poder: ayudan a la memoria a soñar. Estas sensaciones de
nostalgia que te produce cojerlos en las manos, nunca las podrá ofrecer un
e-book.
De todos modos, también es cierto que esconder la
cabeza en la arena no nos sirve de nada: no podemos negar la realidad de la
sociedad actual, en la que estamos rodeados por las TIC, cuya presencia es un
hecho evidente en cualquier ámbito, incluida la lectura. En realidad creo, por
lo tanto, que no se trate de modalidades rivales, que en realidad no se tendría
que hablar de guerra entre estos dos mundos. Es decir, creo que los dos pueden coexistir y los
lectores podemos utilizarlos convenientemente según las posibilidades, las
situaciones, los lugares.
En efecto, creo
que existan dos tipos de libros: los de consulta y los de lectura. En el primer
grupo encontramos los diccionarios y las enciclopedias, obras que ocupan mucho
espacio en casa, en las que su consulta requiere esfuerzo y tiempo y que,
además, son caros. Estos libros sí que podrían (y deberían) ser reemplazados
por e-books, de modo que, quitando espacio disponible en casa o en las
bibliotecas, cabrían más libros “para leer” (categoría a la que pertenecen
todos los demás). El libro electrónico puede resultar fundamental en ámbitos
como la investigación, la documentación técnica y, por lo general, en toda la
elaboración de material bibliográfico, situaciones en las que los libros se
consultan más que se leen, cuando la presencia de hipervínculos u otros
instrumentos de facilitación en la búsqueda de informaciones puntuales te
permiten ahorrar tiempo y energías. Pensemos simplemente en cuánto tiempo
tardamos en encontrar un término en el diccionario digital o en papel.
Sin embargo,
existen pequeños placeres que los e-book no pueden regalar: sentarnos
cómodamente en el sofá leyendo un libro de papel, quizás uno muy antiguo o de
una edición insólita, que encontramos quién sabe de cuándo en un mercadillo de
segunda mano o que custodiamos con celosía desde nuestra infancia. La
convivencia es posible, deseable incluso, pero la suplantación no. Por lo
menos, no de los libros para leer.
Letizia, me gusta el caracter de confesión final, pero... ¿sabías que tenía que venir yo, verdad? :D
ResponderEliminarLo que tú tienes es un nivel afectivo hacia los libros enorme, casi "amoroso", pero eso no decanta la balanza objetiva más que para ti y la gente en tu situación.
Alguien que no ha cogido un libro en su vida y le plantan la opción de papel o electrónico, debería ver las magníficas ventajas del electrónico al igual que (como has dicho en otra entrada, relevo de tecnologías) la gente escogió el libro impreso frente al códice manuscrito y éste frente a los pergaminos...
Siguiendo, me complace tu idea de tener las enciclopedias en formato electrónico y el soporte papel el resto pero, debo preguntarte...
¿Libros "para leer"? ¿Qué quieres decir con libros "para leer"?
Te das cuenta de la barbaridad de libros que se puede leer una persona a lo largo de una vida? (no hablemos si vive con alguien más y esa persona tiene otro tipo de gustos literarios)
¿Sabes la casa que haría falta?
Te lo digo yo. En mi casa tenemos libros en cajas porque tanto mi padre como yo hemos leído y comprado todo lo que nos pasaba cerca.
Y ahora te aseguro que lo miro y, al igual que hay joyitas que querría conservar para siempre, de la inmensa mayoría me desharía con sumo gusto.
Mi padre siempre ha tenido la ilusión de "legarme" su biblioteca pero eso va a ser imposible.
Como sabrás, mi novia es polaca [y bla bla bla :-D] y yo planeo irme con ella una vez acabe el verano...
¿Qué hago con esa inmensa cantidad de libros?
No, no voy a alquilar un trailer para llevármelos allí. Ya me los he leído los que quería leerme y el resto no me interesan. Y de los que me he leído, no me llevaría todos.
Hace poco estuve mirando mi colección personal de libros y cómics e hice selección.
Tenía dos montoncitos:
A) Los que me quedaría pase lo que pase.
B) Los que irían a e-bay para sacarles utilidad.
Te aseguro que el montón A era minúsculo. Me puedo gastar dinero para enviar o ir llevándome en la maleta cada vez que venga cierta cantidad de libros "imprescindibles", no todos.
Y finalmente, de nuevo veo que apelas a algo completamente subjetivo porque, te juro, yo me he llevado mi e-book a unos bancos junto a un acantilado en Villajoyosa y he leído maravillosamente bien a la luz de una farola escuchando el mar de fondo rompiendo contra las rocas...
Y ha sido genial. Allí me he podido leer más de 20 libros este verano pasado.
ResponderEliminarY ahora, hablando yo un poco de mis últimas aportaciones (ya hoy empieza el siguiente debate, ¿no?) diré:
-Nadie ha reflejado (ni yo mismo) la capacidad que tenemos de escribir nosotros mismos una historia y traspasarla rápidamente al e-book donde no habrá diferencia con el resto de libros.
Con esto, para quien no lo sepa, yo me he podido estudiar los apuntes de las asignaturas del primer cuatrimestre en el tram de camino a casa o sentado en la cama.
-La llegada del e-book con luz propia (y mejorada con respecto a la pantalla de los móviles, ésta no apunta directamente a los ojos) será una vuelta de tuerca a la lectura nocturna que tanto se ha defendido aquí. Ahora mismo ese tipo de e-books ya están en el mercado con un precio ínfimamente superior al e-book normal táctil.
-Ya he hablado del e-book a color, ¿verdad? ;-D
-Ya que nosotros mismos (los 4 lunáticos) estamos realizando el trabajo sobre el hipertexto literario... ¿Alguien se ha parado a pensar que con el e-book es posible? Dentro de él se pueden crear enlaces.
Y... ya está, es tarde y no sé si se me olvida algo, pero daré tiempo a contestar.
Dziękuję bardzo dla wszystkich =D
Leticia, me ha encantado esta confesión final. Me encanta la descripción que haces de tu infancia cuando dices que leías bajo la sábana. Como dice Antonio tienes un gran amor hacia los libros.
ResponderEliminarMi reflexión final tras leer todo el debate es que debemos equilibrar nuestras postura. No todo tiene que ser blanco o negro sino que puede ser gris. En este aspecto podemos utilizar tanto e-book como un libro impreso dependiendo de lo que más deseemos en una situación. Si es cierto que para ver considero mejor el libro impreso porque la vista, desde mi punto de vista, se me cansa menos. El e-book como bien han defendido también ofrece posibilidades muy buenas que no nos ofrece un libro.
Me ha servido mucho este debate porque de este modo he conocido otras posturas y me han hecho obtener esa postura equilibrada que creo que hay que tener en muchos aspectos de nuestra vida.
Esto es repetición pura, pero diré que el equilibrio suele ser un buen aliado. Sin embargo, nunca prescindiría del libro: papel, cartón, tiempo, recuerdos...
ResponderEliminarEl debate es muy interesante y yo subscribo lo que afirman Arantxa y Marta, el equilibrio suele ser un buen aliado. Personalmente me gusta tener las estanterías llenas de libros. Cuando leo un libro en soporte electrónico y me gusta mucho, lo compro también en formato papel para añadirlo a mi librería privada. Además quiero recordar las palabras que dijo Jordi Sierra i Fabra durante las conferencia de ayer: el placer que nos da hojear un libro, “oler” sus páginas, no es el mismo que nos da un e-book.
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