Tenemos la misma capacidad de lectura que en el libro tradicional, toda nuestra biblioteca al alcance, no pesa absolutamente nada (cada vez menos y ya no quiero decir si lo comparamos a los libros), podemos hacer anotaciones modificándolas al antojo sin que el texto se vea alterado, podemos poner marcadores que nos llevarán donde nosotros queremos sin necesidad de doblar el papel...
Y más, mucho más, pero ésto es sólo el principio, así que voy a confiar en la buena capacidad de la lógica humana para que no sea necesario entrar a detallar más de momento.
¿Inconvenientes? Obviamente el precio inicial, pero eso es algo que se ve rápidamente neutralizado al pasar el tiempo de haber comprado 5 de los libros antiguos.
Por eso, veo que ésta es una pelea totalmente injusta. No deberíamos ni empezar siquiera...
Pero, por si acaso, acabaré con una cita sobre el libro tradicional del buen Doctor en Historia por la Universidad Barnett de Nueva York, el Doctor Henry Walton Jones Jr.:
Gracias."¡Debería estar en un museo!"
Totalmente de acuerdo con lo que dices Antonio, aunque no tiene mérito que te lo diga yo, puesto que estoy en el mismo bando que tú; así que, confiemos en que haremos cambiar de opinión a las dos contrincantes del debate. ¡Suerte!
ResponderEliminarUna posición contundente que demuestra que conoces los ebooks. Yo, que también soy partidario, no soy tan radical y sigo comprando libros en papel (pero solamente un 10% más o menos), aunque ya lo considero algo "de lujo".
ResponderEliminarEso sí, generalmente, regalo libros en papel. El libro en formato electrónico, lo comparto.
Y animad a participar también al resto de compañeras y compañeros de clase.
Está claro que para regalar un libro siempre queda mejor la versión en papel, pero eso es lo mismo que sucede al regalar música. No se suele regalar una descarga en mp3 cuando todos las llevamos en los reproductores...
ResponderEliminar((Ya está la gente animada por twitter y esta tarde lo diré en clase))
Su conservación.
ResponderEliminarEl libro tradicional siempre resistirá más el paso del tiempo. Mientras que un libro impreso en buen papel y la tinta adecuada puede durar miles de años, la vida media de un disco duro está calculada en unas 20.000 horas, unos dos años. No tiene sentido tener un libro electrónico si no se conserva una copia de seguridad de todos los libros que se poseen. Su capacidad de almacenamiento es limitada, por lo que al final hay que elegir qué libros se guardan en él y cuáles en otro soporte (DVD, disco duro o en otro libro electrónico) ¿Qué pasa con los soportes digitales? Que se caen al suelo, se rayan, no soportan altas temperaturas ni un poco de lluvia o, simplemente, se rompen solos (obsolescencia programada). Aunque se suban a servidores en internet (a decir verdad, la única manera de salvar una biblioteca de un incendio) ello no garantiza nada, pues puede ocurrir que las empresas de almacenamiento quiebren o sean obligadas a cerrar por gobiernos (los usuarios de Megaupload no recuperarán nunca sus archivos).
Por otro lado, los libros electrónicos necesitan tener un formato (epub, pdf, etc.). Queda en manos de los fabricantes del soporte decidir si los futuros lectores de libros electrónicos serán capaces de leer los antiguos formatos y, aunque ahora lo faciliten, nada garantiza que en el futuro siga siendo así. Esta sería otra manera de perder una biblioteca reunida durante años, algo parecido al cambio del vinilo al CD, sólo que sin ninguna ventaja aparente.
En cuanto al acceso a la información, si exceptuamos el caso de las búsquedas por palabras, el libro tradicional resulta mucho más ventajoso, pues permite diferentes sistemas de marcaje (marcapáginas, doblado de esquinas, post-its, etc) tan útiles y eficaces como los que pueda ofrecer un libro electrónico y sin esperar “a que cargue”. También permite tener varios libros abiertos a la vez sobre una mesa y pasar de uno a otro con mayor comodidad.
La privacidad. Dado que todos nuestros movimientos en la red quedan grabados, siempre será posible que otros sepan a qué libros se ha accedido o se han comprado, lo que no ocurre si se paga en efectivo.
Además, los sistemas anticopia podrían imposibilitar el préstamo de libros entre conocidos (e, incluso, el de hacer copias de seguridad).
Cuatro. El libro clásico no consume energía ¿Cuál te llevarías a una isla desierta?
Bueno, yo discrepo en varias cuestiones: el almacenamiento, hasta hace unos años necesitabas una habitación de la casa para utilizarla como biblioteca, yo misma tengo toda una habitación dedicada solamente a estanterías con libros. Eso ya no es necesario, el espacio que ocupan 500 o 600 libros no se puede comparar con la capacidad de espacio que nos proporciona el e-book. por otro lado, también creo que el tema de los formatos está más que solucionado, hoy en día existen convertidores de formato que te ofrecen práctiamente el 90% de posibilidades de variación de formato por no decir el 100%. Por ello, creo que el e-book sigue siendo el elegido.
ResponderEliminarCandela, estas utilizando las críticas más habituales pero también más relevantes por lo que te invito a copiarlas en una entrada para poder comentarlas detenidamente, aunque MªÀngels ya ha respondido a varias (suscribo todo lo que dice).
ResponderEliminarRespecto a algunas ideas: El formato electrónico te permite muchos más sistemas de marcado, subrayado, copia y anotación, y sin alterar el formato original de la obra, depende del lector-programa que uses. Y sobre tener varios libros abiertos sobre una mesa, para mayor comodidad, eso supongo que lo haces por una investigación y entonces, supongo que tendrás un ordenador delante y puedes tener muchas más pestañas-progamas o textos abiertos.
Y la idea de la isla desierta está muy bien, pero ¿qué único libro te llevarías?
Estaba hablando con las compañeras en clase sobre lo de que a nosotros se nos acabaría la batería del libro pero ella iba a volverse loca con el mismo libro para siempre en la isla...
EliminarY el resto suscribo lo que tú ya suscribes de Mariángeles. Era demasiado obvio. =D
Una observación: todas estas ventajas que estáis defendiendo con tanta vehhemencia...a nivel económico, un aspecto que nos interesa bastante a todos creo, en qué se traduce?
ResponderEliminar¿Por qué, a pesar de que se eliminan toda una serie de intermediarios con los e-book (lo que no se puede hacer con los libros de papel), entre los que la impresión y el transporte por ejemplo, el precio de los e-book es solo ligeramente inferior al de las versiones en papel?
Y ahora otra observación, utilizando primero un ejemplo bastante cercano a todos. Hace algunos años, con la difusión de los lectores DVD, se produjo cierta rivalidad entre los formatos HD-DVD y Blu-Ray, con lo cual era necesario, en ambos casos, dotarse de un lector específico para leer los distintos formatos: y ahora la pregunta: ¿qué ocurre con los e-book? No es cierto que el mercado cuenta ya con por lo menos más de diez formatos rivales/competentes?
No será, pues, que toda esta libertad de la que habláis, de llevarse a una entera biblioteca sin problemas de espacio, peso, etcetera etcetera etcetera, en realidad no se convierta en un arma de doble filo? A lo mejor, el libro en el que estoy interesada yo no existe en formato compatible con mi lector, así que, vaya lástima, me tocará volver al papel....
Letizia, si nos vamos al aspecto económico debo de decirte que aquí no nos están espiando policías ni estamos sentando ningún tipo de prueba que pueda ser usada en un juicio, por lo que... recuerda el pirateo.
EliminarSi yo quiero un libro que se ha leído un amigo o que he visto recomendado por Internet, tengo que pedirle a mi amigo que me lo deje (si es posible) o comprarlo (te aseguro que un libro en papel vale mucho más que uno electrónico) o buscarlo por Internet e imprimírmelo yo mismo...
La opción de que mi amigo me lo deje (el gasto se lo ha hecho él) es la mejor porque, en las otras, o te gastas mucho dinero y tienes otro volumen por casa o te gastas más que lo que suele costar un e-book y tienes una cosa que ni vosotras apreciaréis realmente...
Sin embargo, tras una pequeña búsqueda, puedes encontrar el e-book (de acuerdo, cuanto de más rabiosa actualidad sea el libro más difícil será de encontrar, pero eso se soluciona con el tiempo) en apenas unos minutos de búsqueda.
[[Sobre la diferencia de precio mejor no hablo porque, un libro en edición de tapa dura gana por más del doble a su edición en e-book si es "de rabiosa actualidad" como he dicho antes. Si el libro es antiguo, puede llegar a valer cero con algo €]]
Y en cuanto a los formatos... Lo que existe por el mercado son distintos lectores y cada uno lee varios formatos, por lo que sólo mirando un poco antes te puedes comprar el que más formatos (y los mejores, hay dos o tres que superan al resto) y ya está solucionado.
Además, yo tengo mi biblioteca de e-books bien organizado con un programa que al mismo tiempo hace todas las conversiones necesarias (sólo es necesario la primera vez, obviamente).
Y que el libro que tú buscas no esté en ese formato... Después te contesto en tu otra entrada, pero te adelanto que es más problable que no esté en papel ;)
Comparto de algún modo tu opinión Antonio, entiendo y me consta que eres un ferviente usuario del e-book, pero sin embargo, y aunque también soy consciente de que habías de defender a esta tecnología, yo no creo que el auge del libro electrónico deba sustituir y anclar en el más remoto de los pasados al libro tradicional. Creo que la elección de uno u otro soporte es una decisión muy personal, yo por ejemplo no tengo e-book, y por lo tanto sigo leyendo al estilo convencional, pero no por ello renuncio a la posibilidad de probar dicha herramienta, ni viceversa. Entiendo que al menos por el momento, y creo que así será durante bastantes años, e-book y libro tradicional pueden convivir en un mismo espacio sin problemas reseñables de convivencia, pues ambos tienen a su público particular; y aunque si bien es cierto que se ha hablado en muchas ocasiones de la llamada crisis del papel, y de la problemática que atraviesan las editoriales, creo que tal vez se trate de algo coyuntural y algún día, espero, las aguas puedan volver a su cauce.
ResponderEliminarNunca he hablado de sustituir completamente, Aida. Yo mismo tengo en mi casa una mini-cadena con reproductor de casete y de vinilos...
EliminarSin embargo, escucho el mp3 a todas horas porque sus mejoras por encima del casete son innegables. Sin embargo, nadie se postula aquí en la defensa del casete.
Simplemente amáis demasiado una cosa que no niego su maravilla, pero que debe dejar paso...
El libro debería pasar a ser algo a lo que se le tome cariño. Y eso, afrontémoslo, tiene que ser algo que no haya en demasía. Siempre pasa que cuando tienes mucho algo acabas por aburrirlo.
Yo ahora mismo estoy devorando libros a una velocidad vertiginosa en mis largos viajes en tram. Conforme acabo uno empiezo otro y, te puedo asegurar, que viajando 3h por día, eso es mucho.
Entonces, cuando acabo uno, me tomo un poco de tiempo y elijo el siguiente si no lo tengo ya en mente. El e-book me da la capacidad de ver su cantidad de páginas, de leer una pequeña sinopsis (como si leyera la parte trasera del libro, sí, pero tengo las sinopsis de toda mi biblioteca al alcance) y empezar a leer pudiendo cambiar si no me convence.
Así, salgo de casa acabándome de leer "Quién se ha llevado mi queso?" y vuelvo leyendo "Donde los árboles cantan" sin haber tenido necesidad de esperar a casa para elegir uno. (Por si alguien no conoce los títulos, simplemente os diré que la temática es algo así extremadamente distinta).
El libro no acabará de desaparecer nunca. No lo creo y no lo esperaría (ni a mí me gustaría).
Pero creo que sí que debería la gente (yo lo hago ya, al principio por dinero y después por comodidad) de comprarse todos los libros que tuviera a su alcance para hacerse una gran biblioteca.
Haced como un amigo mío con respecto a la música:
Se descarga todo lo que le pasa cerca pero, cuando algún álbum verdaderamente le gusta, se lo compra en original.
Así conseguiréis tener VUESTRA BUENA BIBLIOTECA y no una simple sucesión de libros que os habéis ido comprando.